El baúl de los recuerdos
Un año ya...
Cómo pasa el tiempo; cómo pasa arrastrando todo consigo, dejando tan sólo un melifluo sabor de boca, un pequeño recuerdo.
En mi percepción del tiempo, fue tan sólo ayer cuando charlaba contigo sobre la relatividad del universo y la grandiosa e inefable magnitud de la mente humana. Tan sólo ayer, mismo lugar, mismo horario.
Es un poco extremo sentir como todos aquellos momentos, que alguna vez fueron vividos y tomados como el presente; hoy son tan sólo vagos recuerdos de emociones y sentimientos; cada vez más vagos, más distantes, menos pormenorizados.
Es como si en un abrir y cerrar de ojos, el tiempo hubiese decidido concluir con un año entero; dejando atrás, como pasado, todo lo considerado existente y real en ese entonces.
Pero...
¿Qué hay de esas palabras tan tajantes que dije aquél día?
¿Qué hay de esos sentimientos tan latentes que me devoraban el alma en esa noche de aquél distintivo viernes?
¿Qué hay de las emociones que expresaba día a día al ocultar mis secretos de tan absurda limerencia?
Pero lo más importante:
¿Qué hay de mis pensamientos e imágenes sujetas a mi hipocampo de aquél día?
¿A caso todo lo que llamamos presente, acabará en un cajón polvoriento y arrinconado?
Es sorprendente voltear y ver nuestra película correr, olvidando escenarios y repitiendo diálogos como creemos que sucedieron.
Cuán relativo es el tiempo, y qué desafortunados somos al verlo absoluto e infalible...
-texto recopilado de mis libretas/ 2014
-texto recopilado de mis libretas/ 2014
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