Melancolía
Y mientras los recuerdos de una cálida conversación en una noche fresca y pacífica pasan por mi mente, la melancolía recorre mi cuerpo hasta convertirme en esclava de la vaga, permanente y profunda tristeza que llega a asentarse en lo más profundo de mi ser, llenando mi alma de bilis negra, sin espacio para el equilibrio, sin lugar para mi paz interior.
¿Cuánto tiempo tendré que esperar para tenerte en mis brazos una vez más? ¿Cuánto tendré que morir por hidratar mis labios sedientos de ti?... el tiempo parece ir en nuestra contra. Y yo aquí, soñando despierta en cómo será cuando al fin te pueda ver, en cómo podré besar tus labios y rozar tu suave piel; y tú allá, con el corazón destrozado, en espera de mi llegada, confundido y atormentado por mi partida.
Cuento los días para poder verte, y cuento los días para quedarme a tu lado por siempre.
¿Cuánto tiempo tendré que esperar para tenerte en mis brazos una vez más? ¿Cuánto tendré que morir por hidratar mis labios sedientos de ti?... el tiempo parece ir en nuestra contra. Y yo aquí, soñando despierta en cómo será cuando al fin te pueda ver, en cómo podré besar tus labios y rozar tu suave piel; y tú allá, con el corazón destrozado, en espera de mi llegada, confundido y atormentado por mi partida.
Cuento los días para poder verte, y cuento los días para quedarme a tu lado por siempre.
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